Uno de los tesoros del centro de Ibarra: visita al caserío Zume de la familia Peña - Mercado de Tolosa

Uno de los tesoros del centro de Ibarra: visita al caserío Zume de la familia Peña

#Baserria
Pío Peña nos recibe con los brazos abiertos en el caserío Zume de Ibarra. La suya es una familia ligada a la huerta: llevan más de un siglo sembrando hortalizas y plantas.

Comenzamos el coloquio con una reflexión: «Es un tesoro poder seguir viendo huertas en el centro de Ibarra». Y no le falta razón a Pío.

En este día soleado, más veraniego que invernal, los alrededores se notan luminosos y vivaces. «El paisaje de Ibarra ha cambiado mucho, ahora nos hemos quedado unos pocos caseríos en el centro, pero dan otro aspecto y color al pueblo. A lo mejor no le damos suficiente valor a eso».

Pero no es solo una cuestión de aspecto: es también salud y calidad de vida: «Tenemos mucha verdura a pocos metros de la plaza. Esto sí que es un producto local». Tampoco tienen mucho más lejos la Plaza Verdura de Tolosa que suelen visitar todos los sábados.

Cinco generaciones

José, el padre, empezó a ir a la Feria con sus padres a los ocho años; «bajaban en carro. Yo también conocí esta vida desde pequeño». Pío pertenece a la cuarta generación de esta cadena, pero no es la última, ya que ahora también trabaja su hijo Iñaki.

Pocos podrían decir que el trabajo del caserío ha perdurado durante cinco generaciones. Y no les faltan ganas para seguir de cara al futuro: «Todo ha cambiado mucho y no es nada fácil, pero seguiremos adelante mientras podamos».

Jose y Pio Peña, respectivamente.

Pero, ¿en qué sentido ha cambiado? Ahora, dice, los productores tienen que soportar más trabas: «Aunque se ha facilitado el trabajo hortícola con equipos modernos e innovadores, nos vemos obligados a cumplir numerosos trámites y requisitos: permisos, etiquetados, pasaportes biosanitarios…».

El mercado también se ha transformado: «Viene menos gente, y la media de edad es bastante alta. Hay jóvenes, sí, y es positivo, pero no es lo mismo de antes. La gente busca comodidad: ir en coche a un gran supermercado y hacer la compra para toda la semana».

Sobre el trabajo de la huerta

Sin embargo, los deberes para cultivar la tierra han cambiado poco: si no das, no hay. Aun así, también reconoce que con el cambio climático todo se ha desdibujado: «Antes sabíamos más o menos qué tiempo iba a hacer, pero ahora de un día para otro se producen grandes cambios. El calor de las últimas semanas no es común, y luego puede llegar a helar bruscamente. Esto podría comprometer toda una cosecha».

Para evitarlo, Pío visita diariamente su huerta. «A veces sólo hay que mirar, pero esto podría ayudar a identificar plagas u otros daños».

Aunque gran parte de los conocimientos han pasado de generación en generación, tanto Pío como Iñaki tienen estudios de agronomía. «Eso es importante, pero el trabajo se aprende en el huerto, la tierra misma te enseña», reconoce el ibartarra.

Reina el producto de temporada

En el caserío Zume se centran en el producto de temporada. Las verduras más vendidas en esta época son las cebollas, coles, borrajas, brócolis o espinacas; pero con la llegada de la primavera, las estrellas son el tomate, el puerro y la guindilla de Ibarra.

La piparra, por ejemplo, la siembran con la semilla de casa, al igual que la berza. «Sembramos cada año con semillas que hemos conservado de generación en generación. En otros casos, las compramos».

Ese es también otro de los tesoros. Y los tesoros, están para protegerlos bien.