De tamaño recogido y color verde vivo, las piparras son uno de esos manjares que hacen la boca agua. Fieles compañeras de las Alubias de Tolosa, las más conocidas, y por las que obtienen la fama que tienen, son las Piparras de Ibarra, también conocidas popularmente como los “Langostinos de Ibarra”.
Como ya os contamos en un artículo anterior, en el que pudimos visitar la huerta que Zuhaitz Ibañez, de Aritzeta barazkiak, tiene en el barrio de San Blas de Tolosa, las plantas de piparras se plantan hacia primavera, en el mes de abril aproximadamente, y ahora es tiempo de recoger sus frutos. ¡Mira cómo están ahora!
La curiosidad de esta variedad de pimientos es que, como manda la tradición, se consume cuando aún no está del todo madura y conserva su color verde. Si se dejan en la planta durante más tiempo, las piparras tienden a cambiar de color y se se vuelven de color rojo vivo. Es entonces cuando, como ya os contamos en un artículo anterior, se utilizan para otras funciones, como para hacer pimentón, aprovechando que su sabor picante está más concentrado.
Y es que comer Piparras de Ibarra es, como suele decirse, toda una lotería o toda una ruleta rusa. Es cierto que la gran mayoría de las piparras que se consumen no son picantes, gracias en parte a que se recogen cuando aún no han tenido tiempo de madurar del todo, y gracias en parte a la humedad de la que disponen los terrenos de nuestra zona y al constante regadío, ya que una abundante agua evita en gran parte que las piparras se vuelvan picantes. Pero aún así, todos hemos sufrido el golpe de alguna piparra traicionera, casi casi la oveja negra del grupo, que nos ha abordado con su picante cuando menos nos lo esperábamos.
Pero, más allá de eso, se puede decir que la mayoría de las personas que las hemos probado coincidimos en que las piparras son una auténtica delicia, y es que además se pueden cocinar de mil maneras y para todos los gustos. Los hay quienes las prefieren fritas, quienes las prefieren conservadas en vinagre (para acompañar a las Alubias de Tolosa 😜 ) o incluso quienes las añaden crudas a ensaladas u otras recetas frías.
En el artículo de hoy os proponemos una receta en la que la piparra es protagonista, y que no por tradicional es menos apetecible: Las Gildas. Una receta ideal para picotear o con la que deleitar a invitados en casa, que no necesita de fuego ni de horno, y que seguro nos puede sacar de más de un apuro.
Para hacer las tradicionales gildas tan solo necesitamos 4 ingredientes: Aceitunas, Anchoas, Piparras (en conserva) y Aceite de Oliva. Tan sencillo como pichar con un palillo las aceitunas, las anchoas y las piparras y dejarlas en un recipiente con un poco aceite de oliva. ¡yY estarán listas para comer!
Podéis comprar las piparras directamente en conserva, o las podéis comprar frescas en el Mercado de Tolosa y probar a hacer vuestra propia conserva mezclando en un bote esterilizado de cristal las piparras con una ¼ parte de vinagre, una ¼ parte de agua y sal. Eso sí, para que las piparras adquieran su característico sabor, conviene dejarlas macerar durante aproximadamente 3 meses.