El guisante destaca por ser rico en proteínas vegetales, vitaminas antioxidantes y minerales. Cuanto más frescos sean, más tiernos, sabrosos y nutritivos serán. Pero, en el caso de tener que conservarlos, será primordial evitar que se estropeen en la nevera, para que no pierdan estos nutrientes. Hoy, contamos algunos trucos para conservar guisantes.
Al comprar guisantes, es importante fijarse en que las vainas estén bien tersas y firmes, con su color verde homogéneo, sin partes negras ni agujeros. Esto ayuda a su conservación.
Pero, ¿cuánto comprar? Todo es relativo, pero si lo hacemos con su vaina, se debe comprar aproximadamente el doble de lo que queramos. Es decir, si queremos obtener ½ kilo de guisantes, será necesario adquirir un kilo de vaina. Y es que cada vaina estándar puede contener entre 4 y 10 guisantes.
Si los guisantes no son para comerlos el mismo día de haberlos comprado, lo mejor será conservarlos en sus vainas, sin lavarlos. De esta forma, dentro del frigorífico pueden aguantar hasta 12 días. Los desenvainaríamos el mismo día en que se vayan a comer.
Aunque, eso sí, trata de que en este tiempo no acumulen humedad por condensación, ya que de lo contrario podrían estropearse. Lo más aconsejable sería poner un poco de papel absorbente para que coja toda la humedad, y guardarlos en el cajón de las verduras.
Si desenvainamos los guisantes o si los compramos ya pelados, podrían durar en perfecto estado hasta 4 días, siempre que lo hagamos en un recipiente bien cerrado y en la nevera. Eso sí, convendría consumirlos lo antes posible.
En el caso de querer congelar los guisantes, primero será necesario blanquearlos. Para ello, deberemos hervir abundante agua en una olla, y añadir los guisantes cuando alcance el punto de ebullición. Después de tenerlos al fuego unos dos minutos, se deben sacar con una espumadera y echarlos a un bol con agua fría (si tiene hielos, mejor) para cortar su cocción. Una vez enfriados, hay que escurrirlos, secarlos con papel absorbente y guardarlos en un envase para congelar. De esta forma, podrían durar entre 6 y 8 meses.
Por cierto, una vez congelados, para volver a usarlos no será necesario descongelarlos, se pueden echar directamente a la olla o a la sartén donde vayan a usarse.
También se pueden almacenar los guisantes una vez cocinados. Suelen estar cocidos a los 10 minutos, según si los queremos más al dente o más hechos, pero siempre sin que lleguen al punto en que se deshagan. Después, podemos guardarlos en recipientes en el frigorífico y se deben consumir en los siguientes 7 días.
Otra de las opciones pasa por guardar los guisantes en conserva, en tarros de cristal al vacío. Después de lavar y cocer los guisantes, se guardan en botes de cristal previamente esterilizados, y se cubren con su propia agua de la cocción. Una vez cerrada la tapa, se da la vuelta a los tarros y se dejan así durante 12 horas, para que se haga bien el vacío. Lo mejor será guardarlos en un lugar oscuro, fresco y seco para que se conserven bien. Otro consejo: apunta la fecha en que se haya hecho la conserva.
Un último consejo para el mejor aprovechamiento de la comida: no tires las vainas. Y es que se pueden aprovechar para preparar otro tipo de platos, como cremas, guisos o caldos. Para ello, lo más conveniente será retirar las puntas y una pequeña fibra que tiene. Una vez cocidos, darán un toque especial a tu preparación.