El cogollo es una hortaliza que encontramos de forma habitual en muchos puestos del Tinglado y la Plaza Verdura. A lo largo de casi todo el año, además. Y es que su temporada se alarga de otoño a primavera.
Sus alargadas y gruesas hojas se recogen alrededor del corazón de la planta, formando unas piezas muy compactas. Y, gracias a esas características, cada bocado es sinónimo de frescura.
Tiene muy bajo aporte calórico, pero aporta una gran cantidad de vitaminas, minerales y fibra; más aún si se come en crudo. De hecho, es la forma más habitual –o al menos la que más conocíamos hasta ahora–, de comer cogollos, acompañados con ajo, anchoas, salmón, queso azul o aderezados con una vinagreta.
La alternativa que os presentamos hoy rompe todos los esquemas. Pero sin perder un ápice del buen sabor del cogollo, es sin duda una receta que deleitará a todo comensal:
Ingredientes
1 cogollo por persona
Un puñado de pistachos (puedes probar con el fruto seco que más te guste)
100 ml. de nata
70 ml. de leche
100 gr. de queso azul
Sal
Aceite de oliva virgen extra
Pasos a seguir