Las razones por las que dejarás de lado los prejuicios sobre el cardo

Las razones por las que dejarás de lado los prejuicios sobre el cardo

#Productos
A pesar de ser una de las verduras más codiciadas en época navideña, el cardo también es un gran desconocido para otras muchas personas. Pero, ¿qué tiene de especial? Este artículo te hará tenerlo muy en consideración.

Seguramente ya os habréis dado cuenta, pero junto a la temporada de alcachofas, en las últimas semanas hemos visto otro producto de la misma familia, sobre todo, en la Plaza Euskal Herria: el cardo.

Para quienes no lo conozcáis, preparaos: ¡es una verdura que puede llegar a tener casi un metro de altura y medio de ancho! (Una pequeña recomendación para comprarlo: llevar carro). Eso sí, 'cargar' con el cardo merece la pena.

Del Mediterráneo al mundo

El cardo es una verdura de pleno invierno: la temporada comienza a principios de noviembre y se alarga hasta finales de enero. Se cultiva en julio y agosto.

De hecho, se cree que se cultiva desde la época romana en el Mediterráneo. Por aquel entonces era un producto reservado para la clase alta. Después se introdujo en Argentina, Australia o Estados Unidos, y debido a su buena adaptación a esos climas, se extendió rápidamente, lo que hizo que fuera declarado especie invasora. ¡También se han hecho ensayos para utilizarlo como fuente de producción de biodiésel!

Un alimento muy saludable

Su contenido de agua es muy alto, superior al 90%, por lo que es un alimento bajo en kilocalorías. Contiene mucha fibra, minerales (potasio, calcio, fósforo, hierro y selenio) y vitaminas, principalmente B y C.

Su alto contenido en inulina hace que sea saludable, especialmente para personas diabéticas. Ayuda en la digestión, ya que es un alimento depurativo, cosa que también favorece para evitar la retención de líquidos. También ayuda a reducir el nivel de colesterol y a evitar las piedras biliares.

El cardo cunde

Los cardos que podemos encontrar en el Mercado de Tolosa proceden generalmente de la Ribera navarra, principalmente de la zona de Corella y Tudela. Su textura es suave y su sabor es intenso, con un punto amargo.

Debido a la abundancia y amplitud de los tallos, que son su parte más aprovechable, un cardo da para mucho. Por eso hay quien decide hacer conservas o congelarlo. Eso sí, habiendo hecho los trabajos previos: hay que quitar las hebras laterales y las espinas con un cuchillo y, tras cortarlos en pequeños trozos, cocerlos durante casi una hora.

Versatilidad en la cocina

AlCon salsa de almendras, con jamón, bechamel, almejas (tal y como nos enseñó el equipo de HIKA Txakolindegia), menestra, en ensalada… El consumo de cardo puede ser variopinto. De una manera u otra, ¡a que te gusta!

Foto de portada: Conasi